Habiendo hablado ya del sistema francés de cómo sentar a los invitados en la mesa, y aunque sea menos habitual su uso, no podríamos dejar de lado el sistema de precedencias inglés. Hay que tener en cuenta que este sistema dificulta la conversación entre anfitriones, aunque no por ello debemos dejar de considerarlo.
En este caso, son los anfitriones los que se sientan en la cabecera de la mesa. De ellos, la primera presidencia (anfitrión) ha de estar mirando a la puerta de entrada de los invitados y la segunda presidencia (anfitriona), hacia la puerta de servicio. Por tanto, será las puerta de invitados la que condicione la posición de los anfitriones. Esta disposición tiene su origen en la necesidad de espacio y tiempo de defensa del anfitrión frente a los invitados. Si se situase de espaldas a la entrada, sería un suicida.
Una conversación equilibrada
Una de las grandes ventajas de este sistema es que permite que la conversación sea fluida. Esto se consigue gracias a que los invitados de menor categoría se encuentran en la parte central de la mesa, y por tanto, pueden unirse con mayor facilidad a los polos de conversación que se creen en los extremos (donde están las presidencias y los invitados principales). Además, con esta situación se consigue también una disminución de las diferencias sociales, al camuflar a los invitados de segundo nivel rodeándolos por los de mayor rango.
Desventajas
El anfitrión no puede hablar con su invitado principal ya que este se encuentra demasiado lejos (en el otro extremo de la mesa) y con varios invitados de por medio. Es este inconveniente el que hace que el sistema francés sea el más utilizado en protocolo (incluso en el Reino Unido) ya que, como vimos la semana pasada, permite una conversación entre los anfitriones principales.
*El gran libro del protocolo. José Antonio de Urbina